El Camino de las Arenas
Poema: El Camino de las Arenas
Por siglos, el camino yacía en las tinieblas,
las arenas del reloj inmóviles, como guardianes del tiempo.
Hasta que un día, un sonido emergió de la arena,
guiándonos hacia un paisaje desconocido.
Allí, vimos la noche y el día entrelazados,
como amantes que se buscan en la penumbra.
Ya no necesitábamos escondernos en las sombras de los árboles,
pues demostramos nuestro amor al sol y a la noche.
En ese paisaje de contrastes, encontramos nuestro refugio,
donde el desierto y el oasis se abrazaban.
Las estrellas nos guiaron con su luz tenue,
y el viento susurró secretos de tiempos antiguos.
Y así, caminamos juntos por las arenas del destino,
dejando huellas que el tiempo no borrará.
Nuestro amor, eterno como el desierto,
floreció bajo el cielo infinito,
donde la noche y el día se encuentran.
"El Camino de las Arenas" es una evocación de esos momentos en que la vida y el amor encuentran un espacio común, donde los contrastes se armonizan y la naturaleza se convierte en testigo y partícipe de nuestras emociones más profundas. Las metáforas de la noche y el día entrelazados, el desierto y el oasis abrazándose, nos hablan de un amor que trasciende las barreras del tiempo y del espacio.Este poema también nos recuerda que, aunque el camino puede estar lleno de tinieblas y dicifultades, siempre hay una luz que guía nuestros pasos. Las estrellas y el viento, con sus susurros de tiempos antiguos, nos ofrecen un sentido de continuidad y pertenencia en el vasto tapiz de la existencia.
"El camino de las Arenas" no solo es un poema sobre el amor eterno, sino una meditación sobre la belleza de los contrastes y la armonía que podemos encontrar en ellos. Es un recordatorio de nuestras huellas, aunque efímeras, pueden dejar una marca imborrable en el corazón del universo.
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